jueves, 3 de mayo de 2012

Nuestros días desde aquel 21 de Agosto

Siempre nos gustó planear y organizar las cosas con tiempo. Las vacaciones las comenzamos a programar un año antes, nuestro casamiento un año y medio antes. Y la llegada de Milena, no podía ser la excepción. Nos fuimos preparando económica y emocionalmente para ese momento. Sabíamos que estábamos preparados para afrontar el desafío que hoy, con conocimiento de causa, consideramos el más importante de nuestras vidas.
Milena ya tiene 8 meses, y me resulta increíble pensar como el tiempo pasó tan rápido. Como todo se va acomodando, como los miedos del primer día ya no existen, sino que se renuevan por otros. Si tuviese que describir estos meses, los describiría con tres palabras: Trabajo en Equipo. Eso es lo que somos desde el día que comenzamos a planear la búsqueda de nuestra Princesa. Y creo que comportarnos como un equipo, es la única manera de afrontar este desafío sin morir en el intento.
Nosotras, como mamás, ponemos el cuerpo durante 9 meses, ponemos el cuerpo para darles la teta, percibimos si lloran por hambre, por sueño o por mimos, quizás aprendemos a conocer a estos seres tan increíbles, desde otra perspectiva distinta a la de ellos. Y eso no significa que sea mejor, simplemente distinta. Por ese motivo, desde el primer día, fuimos tres en este camino. Desde el primer día, él supo involucrarse como padre, quiso involucrarse, le gustaba, lo necesitaba y en definitiva era también lo que anhelaba cuando decidimos formar esta familia. Y yo, también quise darle ese lugar, y lo dejaba a el compartir momentos con la beba, y yo no dejaba de tener comunicación con el mundo exterior, aunque sea con la idea de ir hasta el súper a comprar cosas. Luego fue el regreso al gimnasio. Después merienda con amigas. Y así, los dos, continuábamos con nuestros espacios, y nosotras que somos las que durante algunos meses estamos con los bebés desde la mañana hasta la noche, no vivimos esta etapa como si fuese el fin de nuestra vida.
El primer tiempo fue raro, me costó mucho acomodarme al tema de la teta, desde mi experiencia fue lo más complicado de este rol de ser madre, pero con tiempo, paciencia y dolor logramos conectarnos y ponernos re cancheras. Muchos nos dicen que es una bendición, ya que no pasamos noches sin dormir, Mile fue una santa desde el primer día, y al día de hoy respeta sus rutinas de una manera que parece diagramada a la perfección. Uno a esta altura no sabe si es porque la peque es una santa, o porque uno ayuda a que sus rutinas sean respetadas y no dejar nuestro costado organizado en lo que es lo más importante del mundo hoy para nosotros.
Cuando nos acomodamos con la teta, vino la primer comida, luego dos, luego cuatro. Y todo es un cambio, al cual todos debemos acomodarnos. Juntos decidimos que mi licencia por maternidad sea gozada hasta el final, y yo pueda estar con Mile hasta último momento. Eso implicaba también acomodarnos económicamente y tirar con un sueldo. Pero como decía al principio, todo se acomoda, o uno se acomoda si las decisiones las toma seguro y con el corazón. Trabajo desde hace 14 años ininterrumpidos, hoy tengo 32, con lo cual pensaba que iba a ser difícil esto de estar todo el día en casa… hoy creo que nací para ser una ama de casa, me encanta esta vida y este rol de madre, lo disfruto muchísimo.
Siempre tuve muy en claro, que pese a ser esta beba que me desborda el alma con tan solo mirarla, lo más mágico que pudo haberme dado la vida, yo seguía siendo Laura, la laburante, la esposa, la hija, la hermana, la tía la amiga … que si bien es todo un cambio, no me hubiese gustado sentirme desbordada por la situación más hermosa del mundo. Y posiblemente por eso, tratamos desde el primer día de funcionar como un equipo. Creo, que es el secreto para que las cosas puedan encaminarse de la mejor manera posible.
Nadie nace sabiendo ser madre, es algo que vamos aprendiendo sobre la marcha y todos los días, y uno hace lo que mejor le sale. Siento que desde hace 8 meses nada es más importante que ella, que todo, absolutamente todo pasa a segundo plano con tan solo mirarla y que me siento una afortunada de la vida por este milagro de ser mamá.